Media decada
Entre una migración, nuevas calles que patear, distintos trabajos y retos asumidos, viajes e incluso un compromiso amoroso, transcurrió media década sin ti, viejo. Ya son cinco años desde aquella tarde dolorosa e inesperada donde se quebró mi mundo, pues lamentablemente decidiste partir. Hoy en retrospectiva siento y tengo la convicción de que lo di todo por vos y de que fui la mejor hija que pude (imperfecta, sí, pero siempre queriéndote, y sobretodo queriendo ayudarte tal como tú me ayudabas a mí). Siempre fuiste mi apoyo; recibir un no de tu parte era algo extremadamente extraño, y, aunque en efecto no eras alguien muy expresivo, cuando estábamos tú y yo, sin nadie más, éramos tremenda dupla. Recuerdo cuando íbamos en el carro y al cruzar el puente yo te decia: "bueno una canción vos y una yo"; y entonces, después de Oasis sonaba una guaracha, y en ese momento echabas la bailadita ahí sentado. Creo que esa es una buena forma de resumir cómo eras: alguien tranq